Un diseño web sostenible, ¿te apuntas?

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Es algo sabido por todos que si continuamos maltratando de esta forma el entorno en el que vivimos terminaremos por desaparecer. Por suerte, empezamos a tomar conciencia de la importancia de reducir las emisiones de CO2 que enviamos a la atmosfera en muchos ámbitos de nuestras vidas.

Somos cada vez más conscientes de que tenemos que reciclar y tirar el plástico al cubo amarillo y la basura orgánica al verde, movernos en transporte público, bicicleta o a pie en vez de usar tanto el coche.

Pero, ¿sabías que también tu web contamina? Pues sí, Internet deja una huella de carbono que cada día crece más y más debido al aumento de su consumo. Y las cifras son alarmantes, ni más ni menos que 830 millones de toneladas de CO2 se emiten al año. Y la tendencia es bastante desfavorecedora, se espera que en 2020 esta cifra sea prácticamente el doble.

Pero no todo está perdido y tenemos la oportunidad de cambiar, actualmente el 40% de esa huella de carbono se debe al diseño de la web. Las imágenes de alta resolución y todos aquellos elementos que introducimos en la página que  provocan un consumo desmesurado de energía son la causa de esta contaminación.

¿En qué consiste la huella de carbono de una web?

Se trata de calcular la energía que puede consumir una web, de igual manera que se calcula en la industria del automóvil calculando el uso de energía en un coche en kilómetros, en una web se calcula el uso de la energía en datos de descarga. De forma que se puede establecer una relación entre el tamaño de la página y la huella de carbono.

Lo vemos con un ejemplo: la página web de Tumblr  que cuenta con una media de visitas de 83 millones al día ( se calcula que un 10% de esas visitas se hacen desde el móvil) emite diariamente 2600 toneladas de CO2 al día.

Consejos para reconvertir el diseño web en sostenible

  1. Estrategia de contenido: una forma de reducir el peso de la web puede ser sustituir el contenido que tiene un gran peso por alternativas menos pesadas, cambiar vídeos por imágenes o imágenes por texto, siempre que sea posible, respetando tus objetivos y sin descuidar las necesidades de tu web
  2. Diseño visual: sabemos las imágenes en la web son muy importantes, pero son también la mayor causa de la huella de carbono en la web. Por ello, son uno de los elementos por los que debemos empezar, una de las mejores formas es almacenándolas en el formato adecuado y optimizarlas. Existen herramientas gratuitas que consiguen esto.
  3. Un diseño responsive: tenemos que tener en cuenta que mayoritariamente las consultas en la web se realizan a través de dispositivos móviles. Los datos móviles contaminan mucho más que los datos regulares, por lo que una gran ayuda para reducir esa contaminación es asegurarnos que contamos con una página responsive.

 

El diseño del código de la web también puede adaptarse a esta tendencia para reducir las emisiones, todas aquellas modificaciones que ayuden a reducir los datos, son bienvenidas, los scrips encogidos, las descargas comprimidas, la comunicación de archivos, son algunos de los ejemplos que pueden ayudar. Tiene una gran relación con la rapiez con la que responde la página, y para ello  podemos usar una herramienta gratuita de Google el Google Page speed, que puede darnos pistas acerca de que podemos modificar para hacerla más rápida y por tanto que su consumo de energía sea menor.

 

Estos son algunos de los consejos para conseguir una página más sostenible.  Los consejos que hemos mencionado son en general para optimizar la web, algo que no solo ayudará  reducir las emisiones, sino que también son medidas para optimizar el rendimiento de la web a niveles generales, lo que ayudará a mejorar también la experiencia de los usuarios al entrar en ella.

Lo que a su vez repercutirá de forma muy positiva en el SEO, así que si tenías alguna duda sobre si merece la pena o no la respuesta es clara POR SUPUESTO QUE SÍ, beneficios para el medio ambiente, y una mejora en las conversiones. ¿Qué más se podría pedir?